No soy ingeniero, tampoco gurú de los sistemas o la tecnología, solo siento afinidad, interés y placer al usar las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones – TIC; con esta introducción pretendo compartir lo que sin duda muchos ya han visto, elucubrado y hasta vivido; la sociedad empieza sólo hasta ahora a conocer los peligros que tanto, personas, procesos u organizaciones podríamos padecer como miembros de la biosfera digital.
Precisamente lo que Colombia, otros países de América Latina y el resto del mundo ha venido observando en torno a los piratas cibernéticos, pareciera que solo se materializara y trascendiera como simples y divertidas bromas o pilatunas de los denominados “hackers”, actores que últimamente han querido burlar la presencia virtual de algunas personalidades de la política, del periodismo y de algunas no menos importantes instituciones.
No podemos abstraernos, sería como pretender decirle a un adolescente que no salga de su casa, para evitar el contacto con otros similares que podrían hacerle daño. Esta dinámica de la tercera ola que define con propiedad Alvin Toffler en su magna obra, obedece a la nueva sociedad de la información que implacablemente debemos vivir, pero que al mismo tiempo nos invita a reinventar nuestros parámetros de vida. El mundo ha cambiado, seguirá cambiando y sin duda no conoceremos muchos de estos cambios de la posteridad.
Ahora que estamos aquí con la posibilidad de ser miembros de una familia, de una sociedad, de una región, de un país, de una cultura, y por qué no, también habitantes del mundo, seamos consecuentes con las ventajas, pero también con los cuidados o efectos de la maldad que ahora tiene como vehículo a la tecnología.
Estamos anonadados y embelesados con tantas maravillas y artilugios tecnológicos, con los cuales pronto olvidamos nuestros propios límites, para también desconocer las fronteras ajenas.
El mundo avanza a través de altos niveles de excitación por la tecnología, los negocios, la investigación, descubrimientos, y nuevos emprendimientos cada vez ocurren con mayor éxito y frecuencia; pero nos preparamos para contrarrestar los riesgos?.
Los siguientes son algunos titulares de los últimos meses extractados de la Revista Dinero (Colombia), que revelan diferentes tópicos sobre los “ciberataques”:
- Computadoras personales, blanco de «cibersecuestros»
- Hackers atacan sitio de Comité Olímpico Brasileño
- UE lanza investigación sobre buscador de Google
- Abren proceso a hacker en Venezuela
- Ronaldinho recupera titularidad de su nombre en la web
- Habrá Conpes* para prevenir ataques cibernéticos *Consejo Nacional de Política Económica y Social – Colombia
- Citigroup eleva el número de cuentas comprometidas por ataque informático
- Citi confirma robo de datos bancarios de 1% de sus clientes en EEUU y Canadá
- Más conectados, más expuestos
- Prevención, el mejor antivirus
Otros de CNNEXPANSIÓN (México y América Latina):
- ‘Hacker’ que atacó a Sony es detenido
- El FMI es presa de ataque cibernético
- Citigroup sufre ataque cibernético
- Crece la seguridad cibernética
- Cómo evitar ‘hackeos’ en tu empresa
- Los cibercrímenes aumentarán en 2010
- ¿Sabes dónde está tu información?
- EU busca hackers éticos para protegerse
- Google y Adobe, víctimas de ciberataques
La mención de estos artículos nos invita a adoptar controles, al mismo ritmo con el cual crecen nuestras empresas y su interacción con los sistemas de información y comunicación.
Desde hace algunos meses reapareció la amenaza de Anonymous, personaje enigmático, misterioso que ya parece ser toda una institución por sus videos en YouTube, lo curioso es que un gran número de personas pareciera disfrutar de estos nuevos Robin Hood de la era cibernética que han llegado a salvarlos (la verdad no entiendo de qué), secundar o celebrar éste tipo de prácticas, es una forma de complicidad con el crimen digital. Esto no puede ser un juego de “listos”.
Atreviéndome a hacer una descripción general sin mayor profundidad, el hacker es un “buen chico” como coloquialmente podría mencionarse, lo delicado es que sus cercanos amigos tal vez no lo sean, y peor aún, los potenciales amigos con los cuales todavía no ha tenido la posibilidad de relacionarse seguramente no lo sean.
La práctica del hackeo empieza como un juego de retos o prueba de habilidades, después probablemente se convierta en una adicción por vulnerar algunos protocolos de seguridad o niveles de protección de las personas más inmediatas, e incluso hasta de su propia familia, posteriormente abondanan su círculo para allanar otros terrenos (por supuesto ajenos), explorar y merodear información de terceros sin autorización alguna. Esto ya ha dejado de ser un juego… Recientemente en Colombia fue capturado un joven por hackear la cuenta de Twitter de un periodista y otros personajes.
Después de identificar la fuerza de las nuevas tecnologías, el entusiasmo social alrededor de las mismas y los riesgos que enfrentamos, me voy a permitir vaticinar el futuro de los piratas cibernéticos: Estos “buenos chicos” en poco tiempo serán infiltrados por las organizaciones criminales offline, esto significa que van a surgir nuevas divisiones o unidades de negocio ilícitas para la comisión de nuevos delitos. No será extraño que organizaciones terroristas empiecen a vincular a estos ingenuos jóvenes (futuras promesas de la tecnología) que tal vez ya no alcancen a ser cerebros fugados, para que con dádivas, dinero fácil y otros engaños, inicien sus carreras al margen de la ley.
Finalizo diciendo: “el control es racional, nunca será absoluto”, siempre habrá una manera de vulnerar nuestra protección, la de nuestras familias y organizaciones, y la inminente integración del crimen offline con el digital, supone la ocurrencia de un mayor número de eventos con efectos y consecuencias cada vez mayores.
¿Hasta dónde llegarán?, no quiero ser fatalista, no es el propósito de éste blog de Marketing, pero creo que no hemos visto nada… ¿Qué piensan Ustedes acerca de ésta verdadera dimensión de las nuevas amenazas tecnológicas?.
JUAN DIEGO RESTREPO