“Cada vez se derivan más ventajas de ser el que cambia el juego…” Tomado del libro “Cambio de Juego” escrito por Ram Charan y AG Lafley. Esta mención además de ser punto de partida, es también la introducción para la presente publicación; allí develo dos acciones, ambas indisolubles si pretendemos ser altamente competitivos, ellas son: Marketing e Innovación.
La innovación sin marketing dificulta la propagación de las ideas y a su vez la transmisión del conocimiento; así como el marketing sin innovación, impide la diferenciación y visibilidad de cualquier acción de mercadotecnia.
Al parecer, fueron los alemanes los que inventaron el reproductor de música MP3 en el año 1987, pero sólo la norteamericana Apple en el 2001, mediante algunas innovaciones logró hacer del popular iPod, un dispositivo con un magnífico diseño, controles circulares, auriculares blancos, y una maravillosa interfaz con el usuario, además de los colores y variados accesorios que terminaron por enamorar a sus consumidores.
Cualquiera de nosotros puede ser el más talentoso de los creativos, pero si no disponemos de la habilidad para comunicarlo, nuestro entorno sencillamente permanecerá indiferente, y jamás podrá ser advertido de nuestras creaciones o desarrollos.
Hace poco menos de un año, precisamente después de la partida del creador de la manzana, publicamos: Steve Jobs no era un gurú de la tecnología, y efectivamente el mundo mediático, los innovadores, amantes a la tecnología, y adoptantes tempranos, no eran estimulados propiamente por la tecnología de este gigante desarrollador de dispositivos; sino por su capacidad para innovar, y más allá de ésta, por su habilidad de generar expectativa en el mercado.
Por estos días a propósito de los litigios y demandas que van y vienen entre Estados Unidos y Corea del Sur, polemizaba con algunos geeks acerca de las posibles diferencias entre los móviles de Apple y Samsung, en especial el iPhone 4S (Ahora el iPhone 5) y el Samsung Galaxy SIII; después de leer y estudiar las características, paralelos y comparativos entre un modelo y otro, puedo inferir que la diferencia más palpable entre ambos, ha sido el branding, lejos de ser el software o la tecnología dura.
Samsung (comenzó como una empresa de exportaciones en 1938) es una prestigiosa firma, que le ha demostrado al globo sus competencias para el desarrollo y la producción en serie de tecnología; sin embargo, en la línea de los teléfonos inteligentes, languidece su branding respecto de Apple, o por lo menos eso es lo que se observa en occidente.
Debe mencionarse que Apple tampoco es una marca que viva en función de la publicidad y la promoción, poco o ninguna de estas estrategias predomina; distinto al impulso y exhibición en metros cuadrados de todas las líneas de la marca Samsung, que le permiten figurar en miles de tiendas especializadas de tecnología y otros retailers. De nuevo la pregunta: ¿Qué hace posible la preferencia de una marca respecto de la otra, al margen de sus ventas y su market share? –El branding reitero.
Muchos usamos o poseemos una marca, aún aspirando o anhelando tener la otra; eso es lo que la multinacional estadounidense en Cupertino (California), ha logrado desde sus comienzos en 1969, y muy especialmente en la última década, cuando sigue siendo evidente la preferencia y apetito por la manzana.
Ni el precio, ni las características físicas han hecho posible que muchos consumidores cambien de parecer, es allí donde la marca, ha logrado transformar sus seguidores en verdaderos fanáticos. Las particularidades técnicas, los costes e importes son susceptibles de equilibrarse, pero la percepción del mercado, o la construcción de una marca en el tiempo, puede ser tan subjetiva, como imposible de igualar.
Dejando de lado el caso de estas dos admiradas marcas, centrémonos en el propósito del presenté artículo, continuemos con nuestro planteamiento alrededor del Marketing y la Innovación.
La conjugación de estos dos componentes, es muy similar a la historia de «cacarear el huevo», la gallina en su propio lenguaje libera endorfinas para atenuar el dolor al poner el óvulo, expresión también usada por el hombre, como mecanismo a través del cual se alardea sobre la obtención de un logro o meta.
En el argot popular, se escucha decir: «hay que cacarear el huevo para que otros conozcan los resultados», y también se ha dicho: “que quien no lo haga, podrá perder relevancia o simplemente ignorarse».
Explicado de otra manera: “el Marketing puede ser a la acción del cacareo, como la Innovación al objeto del huevo”.
Finalmente, un icono alcanza su mayor posicionamiento y recordación, cuando sus consumidores actuales y potenciales, se identifican, crean filiación y se entusiasman con la imagen, promesa de valor, reputación, y personificación de la marca.
La combinación en la justa medida, hace posible que el marketing y la innovación, sean detonantes de inspiración para crecer y consolidar el valor de una marca.
*Google es hoy un adalid en Marketing e Innovación, por esta razón el artículo se ha ilustrado con imágenes del mayor motor de búsqueda del mundo.
JUAN DIEGO RESTREPO