Comencemos por citar QUE NO es un ejecutivo, y en ese orden de ideas, no es quien lleve un traje con corbata, o quien ocupe una posición importante en una empresa. Un ejecutivo es más que una forma de vestir, es más que un cargo u oficio en una organización.
Tomada desde internet la definición de The Free Dictionary, esta fuente precisa:
- Que no admite espera ni que sea aplazada su ejecución.
- Se aplica al organismo que tiene el poder de ejecutar o hacer cumplir una cosa.
- Persona que ocupa un cargo directivo o de responsabilidad en una empresa.
Las tres definiciones ya nos dan una noción del significado de la palabra «ejecutivo», pero el origen que procede del latín «exsequitus», nos amplía diciendo que es algo relativo a «seguir hasta el final».
«Seguir hasta el final», podría para algunos ser una expresión radical e inflexible; sin embargo, en el ámbito de las empresas y demás organizaciones, esto significa satisfacer a plenitud los propósitos de una planeación; o de otra manera, alinearnos con exactitud a las expectativas de servicio, o con la misma promesa de valor de una corporación.
Pero el vocablo ejecutivo, también es con frecuencia utilizado para nombrar el rol de las personas que desempeñan especialmente funciones de ventas o de soporte, esto es por ejemplo: Ejecutivo de Servicio o Ejecutivo Comercial, entre otras responsabilidades que pueden acompañarse de esta misma palabra.
Hoy precisamente, deseo referirme al desempeño de muchos ejecutivos, que aunque poseen importantes competencias profesionales, carecen de una de las más esenciales, y ésta es, la capacidad de ejecutar y de enfrentar las dificultades de su ejercicio laboral; es decir, son poco o nada ejecutivos.
En algún momento hemos sido usuarios de los servicios de un ejecutivo, y en esta relación hemos experimentado los buenos oficios y la eficiencia por parte de éste, para atender cualquiera de nuestros requerimientos; pero por otro lado, también hemos tenido que padecer las dificultades para contactar un ejecutivo incompetente, o resolver alguna de nuestras peticiones, que nunca o con dificultad logra resolverse.
En internet encontré una entrevista que Negocios en Telemedellin le hizo a un directivo de Top Management, donde se mencionaron los cuatro atributos del ejecutivo según esta importante firma de caza talentos. A continuación les contamos de qué se trata:
1. Transparencia
El ejecutivo de hoy debe ser una persona de grandes cualidades y valores humanos, no se concibe un ejecutivo amigo de los atajos o negocios poco fiables.
El ejecutivo debe tener la claridad de reconocer sus alcances, pero también el valor de aceptar sus limitaciones o desaciertos, porque los clientes no buscamos un superhéroe o sabelotodo, deseamos solamente una eficiente relación comercial, auténtica y sin dilaciones.
2. Orientación a la gente. El qué y el cómo
No será suficiente la consecución per se de un objetivo, si el fondo y la forma para alcanzar ese propósito, han violentado la interacción o lesionado la sensibilidad de otras personas.
La gestión de un ejecutivo, no puede ocultar la naturaleza social del hombre, y éste no podrá someter ni sacrificar a similares, con la pretensión de obtener un logro.
3. Mentalidad global. Cultura de negociación
El conocimiento de los idiomas ofrece una ventaja importante a la hora de comunicarse con otras culturas, pero la capacidad de interpretar y entender esas culturas, requiere ir más allá de la conversación.
La mentalidad global del ejecutivo, se refiere a su apertura y flexibilidad para abordar los diversos escenarios de la multiculturalidad, actuando en consecuencia con las diferencias de cada civilización.
4. Persona abierta al consumidor
Satisfechas las anteriores competencias, el ejecutivo de una organización no puede olvidar que existe gracias a la necesidad de superar las expectativas del cliente; su existencia sería inútil sin la presencia de éste.
Orientarse al consumidor, más que atender las necesidades del mercado, debe explorar sus deseos, o de otra forma, anticiparse a las expectativas de consumo.
Agregaría a las anteriores cualidades, la capacidad de asombro, que ya hemos definido en alguno de nuestros artículos, y que se entiende como la habilidad de leer o interpretar el entorno; esta capacidad, más el sentido común, que nos son propiamente las características más típicas en un ejecutivo, bien podrían reforzar el perfil de ese profesional, al que con frecuencia se conoce como Ejecutivo.
Con una definición finalizamos diciendo: Ejecutivo es aquel individuo que satisface y atiende con magnificencia (orientación al logro, autenticidad, satisfacción de expectativas, y anticipación) los requerimientos de su cliente, actuando en forma diligente y conforme a las políticas corporativas –yendo hasta el final- y a la luz de los principios de transparencia y honorabilidad.
Para ustedes, ¿Qué es un ejecutivo?.
JUAN DIEGO RESTREPO