En alguna ocasión escuché decir que una junta médica era similar a una junta directiva, en el primer escenario los galenos deciden la viabilidad de algún tratamiento o la suerte de un paciente; por otra parte la junta directiva conformada por expertos ejecutivos, evalúa y vigila el desempeño de una organización para alcanzar los objetivos estratégicos.
Sería atrevido invadir los terrenos de la medicina, sin embargo cualquiera de nosotros, por diversas circunstancias ha estado bajo la observación de algún profesional de la salud; en éste caso puedo afirmar con conocimiento de causa, que una empresa posee un comportamiento similar al del ser humano, siendo éste último, el organismo más perfecto y complejo de toda la humanidad.
En consecuencia, no debe ser extraño que las orientaciones de marketing para una organización, sean similares a las ayudas diagnósticas o exámenes médicos que en algún momento de la vida nos hemos practicado.
Existen infinidad de matrices, hallazgos, encuestas, o análisis de mercadeo que permiten obtener un diagnóstico. Consecuentes con la situación o necesidades de una organización, en la justa medida, muestras, test o chequeos médicos, pueden sugerir algún tratamiento o medicación para atenuar alguna enfermedad o afección que podamos padecer.
Estas similitudes, buscan precisamente llamar la atención respecto de la ayuda profesional que de uno u otro lado debemos recibir, si los triglicéridos se encuentran, altos es previsible que debamos hacer una rigurosa dieta o variar algunos de nuestros hábitos; cambiando de contexto, es probable que se deba intervenir el prototipo de un producto para satisfacer las nuevas expectativas del mercado, no hacerlo podría en ambas circunstancias, deteriorar la salud, o por otra parte afectar la rotación de una línea o referencia.
Para una organización contar con un plan de mercadeo “encuadernado” en uno de sus anaqueles, cargando el mismo polvo que cubre otros activos improductivos, deja de tener valor en la medida que olvidamos el estado de actualización, consulta, o la existencia del mismo; esto es como ir a un laboratorio, tomarnos una muestra de sangre, no atender las indicaciones médicas y archivarla.
Otra circunstancia muy frecuente en las organizaciones, es pensar que el plan de mercadeo resuelve todas las dificultades de una empresa; si no logramos alinear todas las áreas e integrantes del ecosistema, cualquier esfuerzo podría resultar infructuoso. El plan es precisamente un diagnóstico que permite visibilizar la organización desde la evaluación de la matriz DOFA (Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas) según Albert S. Humphrey, hasta la función básica de la mezcla de mercadeo, es decir, decisiones respecto del producto, precio, plaza y promoción según E. Jerome McCarthy, con la profundidad y especificidad que se requiera.
También la Inteligencia de Mercados en la estructura de un completo plan de mercadeo, deberá ocuparse de visualizar la Compañía, Competidores, Consumidores y Canales, como parte de la mirada sistémica que debe desarrollar el experto en marketing.
“La investigación de mercados no es un fin, es un medio para alcanzar un fin: mejorar la toma de decisiones” dijo: Peter Chisnall, jugador Australiano de Football.
Las empresas tienen vida propia, y es aquí donde la analogía con el ser humano, me permite afirmar: Una organización es a sus buenas prácticas empresariales, como el hombre es a sus buenos hábitos de vida.