Cuando nos referimos a empoderar sin temor, hablamos de una invitación a creer en el otro, no es una conducta fácil de apropiar, sin embargo empoderar debe ser una función tan gerencial, como la misma de capacitar.
Los gerentes actualmente no enseñan, no porque carezcan de conocimiento, sino porque desconocen el valor de instruir y la importancia de hacer algunas tareas cerca de sus colaboradores; infortunadamente los gerentes quieren lograr los mejores resultados sin entender o al menos conocer, las limitaciones o también fortalezas de sus equipos de trabajo.
Cuando empoderamos, otorgamos la confianza para que alguien adquiera la seguridad y capacidad de hacer o de cumplir con propiedad sus responsabilidades o menesteres.
Una forma de empoderar exitosamente a alguien, es a partir del ejemplo, esto significa que el Jefe o Coach tiene la capacidad o habilidad de hacer lo mismo que su colaborador, otra manera es demostrando interés por el oficio del otro. No podemos esperar que una tarea se realice con agrado, si no demostramos interés o valoramos el trabajo de los demás.
Empoderar es la capacidad de transferir seguridad y confianza, y para lograrlo debemos inspirar, es un reto que el líder debe asumir para acometer sus metas de equipo. A propósito de la inspiración, Pablo Picasso alguna vez expresó: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”.
El temor surge, cuando como líderes no hemos tenido la capacidad ni el cuidado de alentar el trabajo de nuestros colaboradores, en estas circunstancias, confiar o esperar un resultado extraordinario será casi que una casualidad.
No podemos dejar de sentir temor si nos atan los ojos y simulan lanzarnos a un hipotético vacio, pero empezar por creer y generar confianza debe ser el primer paso; algunos se preguntarán: ¿Cómo creer ciegamente en personas que no conocemos?, ese es el círculo vicioso, porque cuando descubrimos que alguien no satisfizo o fue inferior a nuestras expectativas, es allí cuando mejor debemos preguntarnos: ¿Qué esfuerzo hemos hecho por conocer al otro?, si el resultado es insuficiente, seguramente hemos sido mediocres o negligentes en construir una relación de confianza.
No sólo empoderamos en los negocios y en lo avatares de empresa, lo hacemos en cualquier organización y también a través de la misma familia.
En el párrafo anterior hablo de la familia, dado que es el núcleo y origen más natural que el propio ser humano tiene para aprender a través del mismo empoderamiento que puedan ofrecerle sus padres.
Las ventajas del empoderamiento cuando se experimenta su manifestación, apalancan la productividad y optimización de procesos, sin olvidar que el control y seguimiento deben ser practicas constantes y moderadas.
A través de la experiencia laboral he conocido jefes que con vehemencia dicen: “Usted debe empoderarse”, como si éste fuera un proceso unilateral, cuando como se ha señalado, parte del liderazgo de los mentores o directores de una organización. Este proceso jamás podrá cumplirse sin la participación directa del jefe y por supuesto con la voluntad e interés de sus colaboradores.
Otro título y antítesis del mensaje que estamos compartiendo sería: Empoderar con temor reverencial, escenario en el que el jefe señala: eso tiene que hacerse o hacerse, misiva que regularmente viene desde el escritorio.
Para empoderar entonces, debemos combinar como si habláramos de una fórmula o receta culinaria: criterio, conocimiento, aprendizaje, acompañamiento, ejemplo, respeto, admiración, confianza, interés y seguimiento.
JUAN DIEGO RESTREPO