No deja de tener su encanto desnudar la mente de quién está detrás de algunas letras, que con el interés de recrear palabras, y darle sentido a las que considera son sus mejores ideas, busca despertar el interés de sus lectores; algunos frecuentes, y otros accidentales gracias a la eficiencia de los motores de búsqueda, y a la dinámica de las redes sociales.
No sé por cuantos años o meses pueda mantener la disciplina y la pasión de escribir, no es una tarea corriente, por lo menos cuando deseas y aspiras a hacerlo como los mejores. Escribir es como la vida, siempre hay algo por aprender, y en la medida en que más lo haces, crece la exigencia, y el reto parece hacerse mayor.
Pocas personas conocen la entrega y dedicación que supone ser un Blogger, sencillamente ese título, obedece más a una vanidad propia que otra cosa, pues certificarse o graduarse en esta disciplina, no depende exactamente de lo que otras personas señalen, sino de la seguridad y convencimiento de uno mismo.
Nadie, o muy pocos alcanzan a advertir las horas, días y hasta semanas, que puede tomar la elaboración de un artículo; este es un oficio silencioso frente al computador, donde el teclado parece ser el único cómplice.
Debo decirlo, como inmigrante digital he tenido la fortuna de ser parte de todo este tsunami de información y era digital; Blogger o editorialista de cualquier medio de comunicación en otra época -antes de la llegada del internet- dudo que hubiera sido una tarea de menor exigencia. Acceder al generoso contenido que nos ofrece hoy la red, permite traer en décimas de segundo, el doble del material que con no pocas horas de consulta, podría obtenerse de una tradicional biblioteca.
Escribir ahora, es entonces una tarea que puede realizarse en medio de cuantiosos recursos de información, que antes no existían, o por lo menos escaseaban; sin embargo, competir en el amplio océano del contenido digital, requiere permanente actualización, lectura e investigación; donde la calidad y la originalidad, son tal vez los únicos salvavidas que pueden garantizar la supervivencia.
Siendo las 9:30pm de hoy (junio 8 de 2013), trato de organizar la idea del párrafo anterior dentro del texto, del que ya llevo al menos dos semanas de infructuosos intentos por finalizarlo.
No sé si esta noche, o tal vez en una semana pueda finalizar esta entrada, con la que espero llegar a mi publicación número 100, un buen número, para describir lo que se siente, o también lo que se piensa cuando se escribe.
Cuando ya han transcurrido catorce días sin hacer ninguna publicación en el blog, empiezo a sentir una gran angustia y un afán por hacerlo pronto, pero siempre con la pertinencia y la profundidad que merece la audiencia al hacer clic, y abrir cualquiera de los artículos aquí aparcados.
Haciendo una breve cronología de los comienzos del presente blog, recuerdo haber iniciado con todo este interés en diciembre de 2010, días después de finalizar mi relación laboral con una empresa. Ese día, recuerdo que observaba un noticiero, que en medio de una de sus sesiones con énfasis en temas de tecnología e informática, hablaba del paso a paso para crear un blog, fue así como terminé llegando a Blogspot.
En ese momento una vez creado el blog, como novato resolví abarcar una amplia temática -similar a la de una biografía de twitter-, que iba desde opinión general, hasta temas de política y productividad.
Después de varios días, empecé a sentir la necesidad de darle una orientación diferente, o al menos más definida al contenido del sitio, que ya parecía germinar a pesar de sus cortas semanas de vida.
Pasados algunos días, el blog en la misma plataforma dejó de llamarse el blog de Juan Diego Restrepo, para convertirse en el blog de Marketing Objetivo, nombre que pertenecía a un establecimiento de comercio que había sido creado años atrás.
Más tarde en abril del mismo año, tomé la decisión de adquirir un dominio y no depender más de blogspot, así fue cuando decidí comprar el dominio www.marketingobjetivo.co; proceso que me exigió migrar a una nueva plataforma todos los contenidos subidos hasta ese momento.
Así las cosas, ya son un poco más de 2 años detrás de este gestor de contenido y otras herramientas de edición, tratando de alimentar el entusiasmo por escribir lo que pienso, con énfasis en temas de marketing y gerencia.
Escribir con frecuencia es una disciplina que no es fácil de cultivar, y aunque realice esta actividad con total libertad, a veces me ato al compromiso de responder a los demás, aún sin la implícita exigencia; y responder por supuesto al reto personal de hacerlo con rigurosidad y presencia, que va terminando por convertirse en una clara promesa, a la que renunciar no es tan simple.
Durante los últimos treinta meses he consultado y leído otros portales profesionales y blogs, rutina que nunca antes había adoptado, hasta tomar la decisión de emprender y escribir uno.
A continuación, deseo compartir cinco consejos, especialmente para quien este dispuesto a introducirse en la aventura de convertirse en un blogger:
1.Definir si se desea escribir un blog personal (opinión individual), profesional (disciplina específica) o corporativo (empresa-producto).
2.Ser original y leer. No significa que no puedas citar otras fuentes. La rueda ya esta inventada; pero interpretar y argumentar debe guardar su singularidad.
3.Publicar con alguna regularidad. Por ejemplo en mi caso personal busco que sea cada ocho días. En algunas ocasiones me extiendo 10 o 15 días, pero a la semana siguiente trato de hacerlo con 4 o 5 días de diferencia.
4.Citar las fuentes y compartir los links de otras publicaciones para intercambiar tráfico, y por supuesto respetar los derechos de autor.
5.Tratar de ser disruptivo (impredecible), y buscar la creatividad a la hora de construir los contenidos.
¿Qué se siente, qué se vive al interior de un blogger? Bueno, ese es el propósito del presente artículo; por ejemplo, se cruza el umbral de todos los estados de ánimo; a veces no quieres parar de escribir, y otras veces no quieres ver el computador; en ocasiones hay muchas ideas, incluso algunas se diluyen y con pesar se olvidan; otras veces, la mente es un blanco infinito que es preferible ignorar.
¿Por qué escribir? -Personalmente disfruto cuando las personas leen lo que escribo, y más aún, cuando percibo su agrado o interés por socializarlo con otras personas, esa es la mejor retribución que puede recibirse.
Hasta acá, creo haber compartido la intimidad de quien relata su propia historia como blogger. A veces giro el retrovisor para estimar no sólo el número de artículos posteados, sino también recordar el momento y el tiempo invertido en cada uno de esos títulos.
Hace algunos días alguien me decía: “La ventaja de un blog es que cuando decidas escribir un libro, ya tienes buena parte del material recopilado”; es cierto, pero dudo que toda esa información pueda llevarse a un libro sin editarse, y aún así, terminaría por restarle originalidad a una obra literaria.
Espero que en esta ocasión hayan descubierto o conocido un poco más del editor de Marketing Objetivo, oportunidad que aprovecho también para agradecer su paso y visita al presente website.
JUAN DIEGO RESTREPO