En el ejercicio del emprendimiento, surgen con frecuencia iniciativas impulsadas por individuos talentosos y entusiastas, que sueñan con la evolución de sus brillantes ideas; pero algunas, desafortunadamente ante la ausencia de una visión y modelo de negocio, no logran transformarse en empresas, desaparecen, o en el menos desalentador de los casos, se mantienen como simples “negocios”.
En otra de nuestras publicaciones, especialmente ésta que titulamos Empresario o emprendedor, expresamos cuales son los requisitos mínimos, que debe reunir un emprendedor para consolidar su éxito; allí son citados algunos elementos que deben considerarse, antes de tomar la decisión de pararse en la línea de partida.
Queremos referirnos al término miope, con el interés de compartir algunos casos y también características, del que nosotros visualizamos, es un emprendedor de visión limitada, o en su defecto miope, ante los paradigmas o criterios que le restan velocidad y dinámica a sus aspiraciones de hacer empresa; no olvidemos, que no todo emprendimiento se transforma en empresa, pero si toda empresa o unidad productiva formal, muy seguramente aflora, o tiene origen en la misma tarea de emprender.
Como editor del presente blog, voy a tomarme la atribución de socializar tres eventos independientes, sin que sean revelados los nombres de las empresas (o negocios), ni las identidades de sus inspiradores, evitando con ello su descalificación o posteriores cuestionamientos. Sin justificarlo, tal vez las circunstancias del momento para la vida de esas organizaciones, impedían darle el enfoque, que en ésta ocasión tenemos, y que analizamos constructivamente para los siguientes tres casos:
El primero tiene que ver con un establecimiento de comercio dedicado a la administración de propiedad raíz, cuya gestión y seguimiento es registrado sólo a través de una agenda de papel y algunos comprobantes. De igual manera, parte de los recaudos de arrendamiento, y posterior retorno del dinero a los propietarios de los inmuebles, se realiza en efectivo, evitando con esto recargos o portes bancarios que generan un costo financiero. Es evidente el desconocimiento del potencial de las nuevas tecnologías, y de los riesgos que implica el manejo del dinero físico.
El otro evento, se presentó hace algunos días en el stand de un popular centro comercial, cuando compraba una fruta tropical (producto de alta calidad por su valor agregado, presentación y material de empaque); allí el vendedor me compartía su inconformidad, porque aunque permanecía largas jornadas en el punto de venta, no le eran pagadas sus horas extras; percibí en su voz, una gran decepción y deseo de explorar una nueva oportunidad laboral, era apenas natural.
El tercer episodio que me alentó para escribir el presente artículo, tiene que ver con una persona que hace varias semanas entrevisté para una posición comercial (ventas de mostrador); durante nuestra conversación, el candidato me indicaba que en el empleo actual, debía laborar largas jornadas por un salario básico, tampoco sin el reconocimiento de su tiempo extraordinario, pero lo que más preocupaba y parecía restarle ánimos, era que su afiliación a la seguridad social, sólo se había hecho efectiva tres meses después de iniciadas las labores.
Por supuesto, los ejemplos anteriores pueden ser más comunes de lo que creemos, pero aun así, son un reflejo de la miopía que podemos sufrir muchos emprendedores y también empresarios.
Pero ¿Cuál es la razón para que incurramos, en la que consideramos es una falta, que desde cualquier punto de vista debilita el progreso? -A continuación describimos algunas causas o comportamientos más habituales:
El emprendedor observa que los ingresos de su labor llegan a ser iguales o superiores a los de sus pares, los cuales por su condición de empleados deben cumplir un horario, además de su innegable subordinación. El emprendedor se pregunta: Miren a mi amigo ¿Para qué seguir creciendo, si gano lo mismo?.
El desempeño de los ingresos no es el deseado, y ante el débil crecimiento de los mismos, se decide recortar los costos; los que precisamente pueden ser la palanca para mejorar la productividad y la competitividad.
Justifican el incumplimiento de algunos compromisos laborales, ante situaciones económicas adversas que pueden afectarlos. Argumento que aunque sentido, no los exime de las obligaciones.
No crecen la contratación de personal, dado que los ingresos no son suficientes para cubrir una nueva obligación; pero tampoco desde la otra óptica, ven que la vinculación de otros talentos, puede generar valor y réditos económicos para el crecimiento de las utilidades.
Hago mi inscripción y registro, pero no me afilio a la Cámara de Comercio ni a ningún otro gremio o institución, estos costos de mantenimiento crean obligaciones que poco o ningún retorno me proveen. ¿Dónde queda la capacitación, relaciones públicas y demás búsquedas de negocios?.
Tienen la creencia de que los impuestos y obligaciones tributarias, absorben sus ganancias y les resta competitividad. La mala práctica de la evasión, la ven como una argucia para no perder dinero.
Ante compromisos tributarios, el emprendedor muchas veces no crece sus ventas o ingresos, para mantener su estatus de régimen simplificado (sin mayor carga impositiva y responsabilidad), evitando costes y dejando de lado el fortalecimiento de su reputación contable y financiera. Esta circunstancia, impide acometer nuevos retos comerciales y atenúa el crecimiento.
Algunas afirmaciones de triunfalismo de estos perfiles:
“Yo ya estoy muy bien, para qué me voy a exigir más…”
“Cómo voy a asumir costos innecesarios, en detrimento de los ingresos que ya percibo…”
“Para qué crecer más, si así estoy súper bien y no tengo que desgastarme…”
“Yo ya crecí y así me quedo, observen lo bien que voy…”
De cierta forma, el siguiente posteo generado desde el perfil de Twitter de Marketing Objetivo @MarketingObj, explica el mensaje que hemos querido compartir:
Finalizamos parafraseando a Peter Senge: «Por ver los arboles, no podemos dejar de ver el bosque». ¿Creen Ustedes qué es la visión del emprendedor, o las oportunidades del entorno las que más lo afectan?.
JUAN DIEGO RESTREPO