No deja de sonar cliché hablar en una conferencia de motivación o superación, sin embargo estos temas pueden alimentar el espíritu, si se logra una verdadera conexión entre el conferenciante y los asistentes.
Incluso algunas personas intentan desestimar cualquier esfuerzo o mensaje en esta dirección, cuando alguien desea transmitir o compartir su experiencia o consejos en medio de una conferencia, convención de ventas o cualquier evento que convoque los empleados de una organización, ejecutivos de ventas o del área de servicio.
Antes de avanzar en el contenido de esta publicación, quiero explicar que la reacción anterior, es fruto de la negación con la cual emprender cualquier iniciativa, aún en el plano personal, es imposible; fenómeno que es el desenlace de apropiar fracasos ajenos, para vivirlos como parte de nuestro futuro.
Mi última entrada al blog fue motivada por la película: “En busca de la felicidad”, que narra la historia del hoy millonario y emprendedor Christopher Paul Gardner y también fue el insumo para recrear una reciente conferencia sobre la “Orientación al logro”.
Este artículo quizás debió titularse: “Quiero, Puedo y estoy Seguro”, pero pretendo despertar el interés desde la necesidad de ir por el objetivo, de alguna manera querer, poder y tener confianza en sí mismo, facilitan que la consecuencia sea alcanzar una meta, y por esto hablo de “Orientación al logro”.
En el blog de Javier Ortego se habla según la programación neurolingüística – PNL, de tres elementos que hacen posible llegar a un objetivo: Posibilidad, Capacidad y Merecimiento.
Sin tinte de esoterismo, de alguna manera los sueños y aspiraciones deben visualizarse, de allí que algunos descansen esa responsabilidad en la conocida “Ley de la atracción”, lanzada en el cine con la película “El Secreto”.
Orientarse al logro es el resultado de un convencimiento, aquí no caben las dudas o inseguridades a pesar de los obstáculos, sin embargo el elemento posibilidad, es el deseo y decisión expresada con un QUIERO, la capacidad es la facultad más allá de cualquier obstáculo aún físico, y de esto tenemos importantes ejemplos de superación, la capacidad es la preparación con la cual PUEDO y el merecimiento es un estado de ánimo con el cual demostramos la confianza en nuestro interior, para poder afirmar estoy SEGURO, y lo mejor también es parte de mi proyecto de vida.
Cuando el Primer Ministro Británico Winston Churchill dijo: “Somos dueños de nuestro destino, somos capitanes de nuestra alma”, se refería y aunque parezca obvio, a que somos nosotros los únicos responsables de nuestras vidas, nadie distinto a nosotros podrá proveernos la fuerza y voluntad para hacer que las cosas sucedan.
Cada uno de nosotros tiene su propia escalera, algunos con más o menos peldaños, con una huella mayor o menor, con o sin pasamanos, pero lo verdaderamente importante, es que debemos ascender a través de ella sin importar lo larga o corta que ésta sea; y esto se llama convencernos del camino que estamos recorriendo, advirtiendo que cualquier cambio en la dirección, debe responder a nuestros genuinos intereses.
En la ruta hacia el objetivo, debemos no solo esforzarnos, sino también emplear la creatividad, pensando siempre en superarnos a nosotros mismos, no olvidando que sin soñar, no podemos recrear el futuro que planeamos.
Somos parte de una competencia y a pesar de existir las preseas de plata y bronce, los ojos solo pueden ver el oro, no podemos ser atletas de segundas o terceras posiciones, por lo menos no durante la competición.
A propósito de la escalera, no es extraño que alguno de sus peldaños se rompa o se torne resbaladizo, lo más heroico será aferrarse en ella para no descender; una derrota es sólo una perdida en una larga y gran batalla.
Las empresas o personas que abrazan el éxito, nunca se han aparcado en el intento, su experiencia se ha forjado en medio de embates, fracasos y errores, pero lo más importante, nunca se negaron la posibilidad.
Para finalizar, quiero compartir tres palabras que tuve la oportunidad de escuchar por parte de un conferenciante, precisamente en una convención de ventas: Foco, Pasión y Método, agregándole tres ingredientes a la metodología, cualquiera que sea, pero que surta resultados: Disciplina, Constancia y Organización.
JUAN DIEGO RESTREPO