Existen tres razones por las cuales los Gerentes pueden estar por las nubes, porque el Gerente se cree así mismo que está sobre las nubes, porque ha permitido que sus subordinados lo asciendan hasta ese lugar, o porque estos han tomado la decisión de ponerlo en las nubes y éste lo desconoce.
Cada uno desde su condición de director, jefe, líder o coach, decide la circunstancia que le ha permitido viajar hasta las nubes, o si por el contrario las sigue viendo desde la tierra, de igual manera podrá conocer en cuál de los escenarios se encuentra su jefe.
Decidimos escribir este artículo con la intención de llegar a muchos gerentes o a quienes aspiramos serlo, pues lo único realmente claro es que ésta es una posición para servir y no para ser servido.
El gerente es sólo una función en la organización, una más dentro del sistema y no puede olvidarse que esta condición ha sido un préstamo por el cual debe responder, aún siendo accionista o el mismo propietario de su negocio o empresa.
Infortunadamente algunos piensan que ser gerente es un título para la autosuficiencia y satisfacción de sus vanidades, he tenido la oportunidad y también la fortuna de conocer algunos para aprender de éstos sus mejores lecciones, y por supuesto advertir los comportamientos que no se compadecen con el rol de la gerencia.
En el primer párrafo, describo las tres razones por las cuales los gerentes ascienden hasta las nubes cuando ofician como lideres u ostentan esta posición, ahora haremos una breve descripción de cada una de las circunstancias esbozadas al inicio de la presente entrada.
El Gerente cree que está en las nubes…
Suele suceder cuando se ocupa éste lugar sin mérito o al menos sin haber adquirido la experiencia suficiente. Por ejemplo algunos padres empresarios cometen el error de llevar a sus hijos a cargos de dirección, sin antes haberles dado la oportunidad de atender las instrucciones o indicaciones de un jefe distinto a El mismo.
Normalmente estos Gerentes sólo conocen el camino que conduce desde la puerta de su empresa hasta su escritorio, desconocen lo que ocurre en la organización y la información que obtienen es sólo aquella que sus colaboradores inmediatos se limitan a recolectar sin el mínimo valor agregado.
El Gerente ha permitido que sus subordinados lo asciendan hasta las nubes…
Son personas cuyo carácter sólo le permite ser objeto de adulación y alabanza. Al igual que el caso anterior, son individuos que sorpresivamente llegan a la Gerencia y obran con amaño y regular criterio, su personalidad es voluble y la incapacidad de mirar a los ojos a sus colaboradores no puede pasar inadvertida.
Este gerente cuando también tiene un jefe inmediato a quien reportarle, lo hace en el mismo lugar en el que éste se encuentra, pues por obvias razones su jefe también está sobre las nubes (tal vez una nube más arriba), por la misma y última razón que más abajo mencionamos.
Los colaboradores han tomado la decisión de ponerlo en ese lugar y el Gerente lo desconoce…
Cuando los gerentes dejan de tener contacto con sus equipos de trabajo y demás subordinados, corren el peligro de perder los hilos de la comunicación, en estos casos el gerente por ocuparse de otros asuntos, se aísla de la organización y empieza a vivir una gerencia acorazada, de un momento a otro descubre y sin desearlo, que sus empleados lo ven tan alto, que apenas recuerdan su nombre y algunos de sus rasgos físicos.
Aunque las tres circunstancias son el debacle para una organización, consideramos que el tercer caso puede al menos darnos la oportunidad de recuperar el liderazgo, toda vez que en los dos primeros prototipos, los estilos pueden estar tan arraigados en sus personalidades, que será casi que imposible ganarse la confianza de sus equipos de trabajo, al menos por una vía distinta al temor reverencial.
JUAN DIEGO RESTREPO